En realidad esta sección no tocaba hoy. Es decir, tenía pensado estrenar sección nueva y dar alguna que otra jugosa noticia (al menos para la menda lerenda que está tecleando en estos instantes), pero como aún no he acabado de ultimar detalles y tengo un pequeño conflicto interior con el título de la sección, pues me espero hasta mañana para hacerle un lavado de cara al blog y anunciar cositas. Vamos, que chincha rabiña yo tengo una piña con muchos piñones y tú no los comes. (Muahahhaha, soy perversa, perveeeeersa.)
Así que nada, para ocupar espacio y hacer algo útil en vez de viciarme a un juego que ni siquiera poseo aún (todo llegará Noel, este domingo poseerás el WOW, relaaaax) pues he decidido desempolvar otro de esos libros que normalmente encuentras en las librerías o en las bibliotecas pero que no haces ni repajolero caso (en ocasiones hasta la gente les escupe a los pobres, snif snif, eso es bullyng literario). ¡Ah! ¡Por cierto! Después del mini-rapapolvo de Arenna que me cayó el otro día por haber hecho una reseña "corta" (sí ya bueno, sólo metí 50 párrafos inservibles y dos o tres datos ligeramente interesantes) pues ahora para cerrarle el pico la hago larga. JUM. Y ya sabéis, linchamientos y muchedumbres enfadadas con antorchas encendidas se dirijan a Arenna por favor. Gracias. (Y procurad no ensuciar mucho, que no sabéis lo mal que salen las manchas de sangre).
Pero bueno, vamos al asunto, que me enrrollo, tecleo y musarañeo y al final no digo nada útil. Y es que el bebé precioso y hermoso que os voy a presentar en estos instantes me tuvo loca loquita hace algún tiempo y por ello pienso que NO debería ser relegado a un oscuro rincón de la memoria, vamos, que merece estar en todas las estanterías de todas las casas (pero jamás como soporte para muebles >.<) Y el libro al que me estoy refiriendo es...
La ciudad de los libros soñadores de Walter Moers.
Tras la muerte de su mentor, el joven poeta Hildegunst von Mythenmetz llega a la ciudad de los libros soñadores, donde espera encontrar al autor de un extraño manuscrito que tiene un don único, el Orm; se da cuenta de que las catacumbas de la ciudad son un lugar sumamente peligroso y poblado por insólitas criaturas obsesionadas con la literatura, libreros de viejo y coleccionistas de rarezas literarias, cazadores de libros capaces de matar por un manuscrito deseado y el temible rey de las sombras. Entonces Hildegunst deberá reunir todo su valor para adentrarse ene este misterioso reino de los libros.
Veamos, dejad que ordene mis ideas. Antes de nada avisaros de una cosa, no a todo el mundo le gusta este libro y yo lo comprendo, es, digámoslo... especial. Es fantasioso, nos va a introducir en un mundo completamente nuevo en el que los humanos ni siquiera existimos. Eso me recordó un poco a la Guerra de las Galaxias. Me refiero a que aquí, igual que en el libro, existen un porrón de razas diferentes a la nuestra que son total y absolutamente inteligentes y racionales. Es más, os chivo una cosa, el prota del libro es un dragoncito, pero shhh, yo no os he dicho nada. Y no, tampoco os he spoilerado algo, que conste ¬¬
Podría ponerme ya a relatar y a venderos de mala manera la cabra, pero antes de todo eso (que tranquilos, lo haré) he decidido que lo mejor es dejaros uno de mis fragmentos favoritos del libro, el cual siempre me hace vibrar y sentirme muy muy cercana a los libros.
Y allí estaban, los libros soñadores. Así llamaban en aquella ciudad las existencias de las librerías de viejo, porque, desde el punto de vista de los comerciantes, aquellos libros no estaban ya exactamente vivos ni tampoco exactamente muertos, sino que se encontraban en un estado intermedio semejante al sueño. Habían dejado atrás su existencia real, tenían delante su descomposición y por eso dormitaban, a millones y millones de millones, en todas las estanterías y cajas, en los sótanos y las catacumbas de Bibliópolis. Sólo cuando una mano curiosa cogía un libro y lo abría, cuando era adquirido y llevado, podía despertar a una nueva vida. Y eso era con lo que todos los libros soñaban.
Y ale, escribiendo esto ya se me ha puesto la piel de pollo y los pelos como escarpias (qué queréis, se me han acabado las cuchillas en casa y aún no me he podido depilar las patorras).
Este libro fue publicado por primera vez hace creo yo 4 añitos ya y aunque no es una antigüalla, tampoco es lo que se dice conocido. Y yo pretendo remediar eso (música de Indiana Jones).
La historia va de los siguiente. Hildegunst von Mythenmetz, (Hild para los amigos, usease, yo) es un poeta novato que no cree en el Orm, DON supremo el cual es buscado y anhelado por todos los artistas, tanto literarios como creadores de esculturas con palillos. Hild tiene además un padrino literario, nombre del cual no recuerdo y sí, debería buscarlo en el libro y no, no voy a levantarme a ir a por él (una que está vaga y que ya tiene suficiente con quemar calorías deslizando/aporreando los dedos sobre el teclado). Bueno, lo dicho, que tiene un mentor, creador de un libro basado en el cuidado de las hortalizas (en concreto de las coles azules) que por más que intenta meterle en la mollera la existencia del Orm pues el otro que hace oídos sordos y sigue a la suya. Hasta que un día mentor muere, Hild queda sólo y desconsolado y encuentra por una de estas un manuscrito.
Aquí es cuando yo digo. Yo también quiero leer el maldito manuscrito de los h***** el cual es mencionado hasta saciar en el libro y que por supuestísimo nuuuunca sale. (Fuck >.<) La cosa es que este escrito hace que tu corazón parpadee al son de las estrellas, que tus ojos derramen la sal de la vida, que tu boca ría hasta machacarte los higadillos y que al final acabes deseando conocer y venerar al autor del mismo. Y por esto mismo Hild coge un petate, y patachín patachán se va a Bibliópolis, paraíso de los libros, de las ratas y del polvo.
Y no, no os pienso contar más, porque mi mente acaba de recordar a los temibles librillos, al misterioso rey de las sombras, a unos cuantos cerdos (literalmente) que son unos asfakfyiaUFGYLiaugyiALUG ^^ y a una laaarga lista de personajes que han hecho que desee fervientemente volver a leerme el libro. Pero bueno, os voy a dar algún que otro dato fiable e interesante. El libro cuesta en tapa dura 20 eurámenes clavados y en versión de bolsillo 11 €. Decir también que contiene ilustraciones (no muchas) y que son una cucada y... la editorial es Maeva y que del autor también hay otros libros como Las trece vidas y media del capitán oso azul y continuaciones y El maestro de las burujas.
Deciros que no es un libro infantil, que hace que te adentres de pleno en el mundo de los libros, que sientas en tus venas el placer de la lectura y el amor por los mismos. Te hace reír, te emociona hasta lo más hondo, hace que te entren unas ansias asesinas increíbles (yo tuve que contenerme para no matar con mi katana a unos cuantos personajes) y en resumidas cuentas hace que no quieras que acabe. Pero ya lo aviso, no es apto para todos los públicos, es decir, que puedo estar alabándolo media hora y que al final no te acabe gustando. Sin embargo yo te instaría a que te arriesgases, porque es un gran libro. Y sí, lo amo mucho ^^