lunes, 28 de junio de 2010



Abriendo la caja de Pandora...

... La crónica musical

Por fin actualizo. Después de un tiempecillo en secano o en barbecho, que como que suena mejor, por fin hago una nueva entrada. La cosa es que estoy muy espesa como para hacer una reseña o un IMM, el cual mañana mismo tendréis ocasión de admirar en todo su esplendor y apogeo, incluida una corte celestial de rechonchetes querubines por detrás tocando el Ave María (a quien se le ocurra preguntar si es el de Bisbi me lo como ¬¬).

Así que ahora toca preguntar. Entonces, ¿de qué va la entrada de hoy? Señoras y señores, leidis and yentelmans, me siento orgullosa de presentaros un breve relato (el cual a su vez es una excusa de por qué no he actualizado antes) de la noche más fantástica que he pasado en mi vida, pues este domingo (ayer si mi calendario interior no me falla) fui al concierto de Aerosmith. Ahora es cuando la mayor parte de la gente se queda con cara de: What? Y yo con cara de U.U' Pero no pasa nada, esto lo arreglo yo en un santiamén.
Aerosmith es un grupo rock del año de la picor. Cuando mi padre me preguntó si él pasaría inadvertido si fuese al concierto le dije que un geriátrico entero con camisetas negras y dentaduras punks no daría nada el cante. Sin embargo eso no significa que su música no sea genial. Es más, son mi grupo favorito y aunque son mayores (el cantante tiene 62 años) siguen teniendo la vitalidad de un chaval (seguro que tienen tratos con Coronado el de Bífidus activa, seguuuuuro).
Total, que os paso una foto de los mismo y comienzo a narrar las valientes aventuras de la caballera y mileidi Noel. (Y no, hoy no estoy para escribir en inglish, así que arreando con la fonética. Un kiwi melón por aquí y otro por allá y niquelado).


De izquierda a derecha son: Tom Hamilton (Bajista), Brad Withford (Guitarrista), Joay Kramer (Batería), Steven Tyler (Cantante) y Joe Perry (Guitarrista).

Supuestamente cuando se hace una crónica pues ordenas los datos cronológicamente y además colocas las horas. Como yo no me fijé en el reloj (primero tendría que haberlo llevado, miiira tú qué error más tonto) pues ordenaré los acontecimientos según el grado de hambre que tenía en ese momento, ya que después de mi sexto sentido, mi estómago es mi consejero número 2.

Recién llenada la pancha

Toca hacer cola. Con una chicharra flipante y con el bocata de jamón (después me daré cuenta de mi error) bien asentado en mi tripita, saco mi libro y me dispongo a leer un rato Canciones para Paula, librito recién adquirido el cual mañana aparecerá en mi IMM y que no faltará mucho para que aparezca también su reseña. Después de haber conseguido leer una página sin que se me resbalasen las gafas por la nariz debido al sudor, decido hacer relaciones públicas y entablar una superflua pero amena conversación con una parejita que tenía detrás en la cola. (Aquí llega el primer GRAN acierto del día). Me entero de que llevan entradas para los mejores asientos, así que decido colarme con ellos.



Con la barriga más vacía pero con buen sabor de boca aún

Después de hacer una cola de dos horas y media (y aún hoy me parece poco), por fin conseguimos entrar. Después de una mirada acusadora por parte del que cogía las entradas y de que me quitasen mi preciadísima botella de agua (menuda tributa estaba yo hecha) y de que maldijese todo porque ya empezaba a notar la sed, me voy con la parejita al interior del recinto y me siento como quien no quiere la cosa con ellos en los asientos de primera. Ya os adelanto queridos telespectadores que no, no me pidieron la entrada en ningún momento, así que fiuuu, salvada por la campana.


Juguemos un rato a buscar a Wally. Bueno no, porque la flecha se ve enseguida, pero ahí es donde yo debería haber estado viendo el concierto. Justo en la otra parte, unos kilómetros más abajo del pico del Everest y a menos de 30 cabezas de ganado del escenario me encontraba yo viendo el concierto. Por cierto, la foto la hice cuando el sitio aún estaba vacío. Creedme, la cosa se llenó muchísimo más.

Con un levísimo gusanillo en el estómago


Lo dicho, que el sitio se llenó y mucho. Vale que mi cámara no sea lo que se dice buena, la foto parece más una mancha de café que otra cosa, pero aún así se distingue la cantidad de gente que había. A la derecha pueden observar las ristras choriceras-altavoceras que pendían de unos hilos del techo. Sólo comentar que mi oído interno está más machacado que una compota de manzana.


Con hambre, pero aún soportable


Y por fin salen a escena los teloneros, los cuales parecían nenes de teta con guitarras molonas y voz de castratis. Aún no tengo yo muy claro si estaban haciendo playback o actuaban en directo. Supongo que lo último porque los desafines y los gallos campurrieros que metían no eran normales. Sí, sí, apoyemos a los nuevos cantantes, pero protejamos a los gatos de las torturas que sufren para la grabación de estos discos. Por cierto, el de la flecha me hizo mucha gracia, porque iba todo de negro y sólo le faltaba el alzacuellos y bendecir al público de lo recatado que iba el hombre. Luego se semidespelotó, evidentemente, porque sino le habría dado un golpe de calor.



Mordiendo ya las piedras

Desesperada por hincarle el diente a algo de comer y mirando con envidia los bocatas que se había comprado la gente (2 a 13 euros, una ganga vamos) estaba ya casi dispuesta a chupar la mostaza de los envoltorios de los mismos cuando un BANG atronador hizo que dejase de salivar, que metiese mi lengua hacia el interior de la boca y que mirase hacia el escenario. Eran ELLOS. Abueletes, arrugados, extravagantes y con mucha marcha (y no, no cantaron Los Pajaritos) pusieron toda la carne en el asador y nos dieron un conciertazo de 2 horas de agárrate y no te menees. Después de todas las canciones y de los bis yo acabé medio afónica y con una voz de: Hola guapa, soy Paco. Pero mereció la pena. Jamás me lo había pasado tan bien. Os dejo unas fotos aquí del concierto para que observéis por vosotros mismos:



Os iba a meter también de estranjis una foto de la guitarra que se cargaron a correazos, pero mi cerebro amenaza con desconectarse en breves, así que voy acabando. (Sí, por fin).

Con claros síntomas de inanición

De vuelta al hotel. Arrastrando los pies, buscando desesperadamente un taxi (los cuales cuando pasaban delante tuya sólo les faltaba levantar el dedo corazón amablemente) y después de andar lo que yo supuse el equivalente al camino de Santiago desde Roncesvalles, llegué al hotel, me tumbé encima de la cama y me dormí. Hasta que un furioso despertador me avisaba de que o me levantaba o iba a perder el tren que me llevaba de vuelta a casita. Y aquí estoy, narrando mi trepidante aventura (próximamente en los mejores cines).

Por si la cosa es que os suena el grupo y no sabéis ubicarlo, su canción I don't want to miss a thing fue usada como banda sonora de la peli Armaggedon. Aquí os dejo un link para que la escuchéis:

http://www.youtube.com/watch?v=iasICnKJavQ

Espero que os guste.

11 comentarios:

Irewen dijo...

Madre mía, qué aventura, se nota que estabas agotada, sí. A mí si que me sonaban, es más, durante mucho tiempo tuve canciones suyas en la lista de canciones :) Ahora aprovecha para descansar algo. Me ha encantado la forma de narrar, como siempre ;) Besos!

Noel M. dijo...

@Irewen: Aww Irewen, gracias. La verdad es que tengo ganas de pillar la camita y dormir, pero cómo no estoy aquí enganchada al computer (ojo, que esta vez lo he escrito bien Xdd). Qué guay, los conoces, me alegro de no ser la única freak. Muchas gracias ^^

Arenna St. John dijo...

xDD por dónde para Roncesvalles?
me alegro de ke lo pasases chuay y de k se cargaran una guitarra a correazos y de que tengas la potra de colarte en la zona vip! xDD
si esq...eres grande nena

Noel M. dijo...

@Arenna: BAH BAH BAH. Tú ya sabes que yo soy como los pulpos, por donde les cabe la cabeza se meten y luego con las ventosas se agarran allí y ya no hay quien les saque. Recuérdame que te enseñe las fotaquens

ifigenia dijo...

Y yo que ya no llevo reloj salvo en el móvil y siempre estoy con el móvil missing, imagínate si he entendido tu sexto sentido, que es igual al mío, xD.

Me alegra de que te lo pasaras bien, y por lo menos estuviste en primera fila, ;)

Unknown dijo...

WOW, menuda crónica. Jo, qué envidia, yo aquí no puedo ver ni al pepe T_T (vivo en Canarias, y para que venga algún cantante que me guste, puffff!!)

Gracias por tantas anécdotas y fotitos, se nota que te lo pasaste genial, y no importa que ellos sean mayores, su música es insuperable!

Un beso ;)

-Da-

Noel M. dijo...

@Da: Lo es, son los mejores. Es cierto que es un ascazo el que no vayan a las Canarias, también tenéis derecho a disfrutar de los conciertos. De todas formas si te sirve de consuelo a mi me ha tocado chuparme mis buenas 3 horitas de tren y pillar una tortícolis de caballo por dormirme en el mismo con una mala postura. u.u si es que esto no puede ser. Xdd Besos! ^^

Lisa Marin dijo...

Pedazo crónica!! está genial y me ha encantado ;)

A mi Aerosmith...no es un grupo que me vaya ni que me venga :P Me es indiferente :p

Noel M. dijo...

@Alice: Lo sé, siempre me paso la vida con la longitud de las entradas. T.T

Noel M. dijo...

@Alice: Lo sé, me paso la vida con la longitud de mis entradas. T.T

Maisha dijo...

¿62 años? ¡Que vitalidad! Ya quisiera yo. Y bueno la música es una de esas cosas que nunca muere y nunca pasa de moda. La crónica genial y se ve que te lo pasaste de muerte (pese a los teloneros) jaja un besote!